lunes, 30 de noviembre de 2015

TESORERÍA MUNICIPAL DE COATEPEC....HERENCIA...¿MALDITA?...




Coatepec, Ver // Martes 1 de Diciembre de 2015 // Juan Osorio Flores // .-  Fue la noche de aquél lunes 11 de agosto de 2014; la cita fue en el sótano del restaurante El Caporal de Coatepec, respondiendo a una convocatoria hecha por el empresario Gabriel Mata y su señora esposa Teresita, quienes buscaban poder contribuir a la construcción de un puente firme de acercamiento, co-gobierno social, diálogo, acuerdo y consenso sobre decisiones gubernamentales, precisamente entre la sociedad coatepecana y las autoridades municipales del momento. 

El tema que estaba sobre la mesa aquella noche era el de los parquímetros. La convocatoria fue respondida favorablemente por alrededor de 20 personas entre distinguidas damas y caballeros. Estuvieron en aquella mesa: empresarios, comerciantes, prestadores de servicios, líderes natos de residentes, amas de casa, formadores académicos y un par de periodistas.




Aquella noche de triste recuerdo, el personaje que más llamó la atención durante la charla-debate-mesa de discusión que se formó al calor de ricos bocadillos, algunos vinos y una rica cena, fue el ingeniero en finanzas (yo desconocía que existía ese título, pero él afirmaba que eso era) Guillermo Pozos Rivera, Tesorero Municipal de Coatepec.

Guillermo Pozos, con algunos tragos encima de ricos y finos vinos que el matrimonio de 'don Gaby' y 'doña Tere' había dispuesto para sus convidados, de pronto sacó a relucir una faceta hasta entonces desconocida de él: su vehemencia al hablar.

Guillermo Pozos, quien hacía tercia esa noche con el entonces presidente municipal Roberto Pérez Moreno y con el síndico único Julio Hernández Ramírez, rápido les ganó la palabra a "Juanelo" y a Julio, al emprender un diálogo con los integrantes de aquella mesa, explicando, detallando, a veces con tanta emoción, que él mismo reaccionaba: "perdonen que me emocione, es que yo creo en los grandes proyectos y Coatepec definitivamente es un gran proyecto en el que todos podemos participar".

Lamentablemente el entusiasmo de Guillermo Pozos se esfumó para siempre apenas 11 días después, pues el viernes 22 de aquél mismo mes de agosto, fue víctima de un levantón en la calle de Enríquez esquina 5 de Mayo del centro de Coatepec, aproximadamente a las 14:25 horas. 

Su cadáver apareció semicalcinado 72 horas después en un paraje abandonado de la carretera a Totutla.

Este artero suceso que privó de la vida a Guillermo Pozos Rivera, no sólo acabó con la vehemencia del hombre, con sus proyectos, con sus ideas, con sus planes, con sus intenciones tanto humanas como profesionales, sino que además dio pie a una trágica etapa en la Tesorería Municipal de Coatepec, así como en el resto del Palacio Municipal, que por desgracia aún no ha podido tocar fondo.

A partir de este acontecimiento, no ha podido consolidarse el proyecto interno de la Tesorería Municipal, pues han pasado por la silla que ocupó Guillermo Pozos Rivera, tres tesoreros, existiendo el rumor de que en breve podría haber un cuarto.





En ese contexto, el tesorero que recibió la oficina en medio de la crisis, con un ambiente de real miedo existente entre todos los funcionarios por el asesinato de 'Memo' y además en un entorno de mucha incertidumbre financiera, fue el contador público Rafael Acosta López, quien a escasos 12 días del artero asesinato, asumió con no pocas presiones y condiciones adversas la Tesorería Municipal.

Quizá el momento cumbre en el éxito o fracaso de un tesorero municipal, es cuando llega la quincena y el cuerpo de burócratas, tanto de base como de confianza, acuden a sus tarjetas bancarias en busca del ansiado salario y cuando el proveedor de planta se presenta por su anhelado cheque.

Veinticuatro horas antes de aquél 15 de septiembre de 2014, todos los empleados se preguntaban si habría pago y conforme avanzaban las horas la tensión se acrecentaba. Sin embargo la presión y el temor desaparecieron cuando las filas comenzaron a formarse en el cajero automático que se encuentra en el Patio Central del Palacio Municipal, en donde poco a poco, cada quien iba recogiendo su dinero. La prueba de fuego había sido superada con éxito.

A partir de ahí, a pesar de la implantación del sello personal del nuevo Tesorero, las cosas fluyeron con toda normalidad; pronto llegó la navidad, el año nuevo, la celebración de la Feria del Café en 2015. Los nubarrones que se vislumbraron aquél mes de agosto de 2014 se habían ido disipando en materia de operatividad financiera.

Sin embargo, en abril de 2015 nuevamente el fantasma del siempre bien apreciado 'Memo' Pozos Rivera reapareció en el escenario gubernamental del Ayuntamiento, cuando la Fiscalía General del Estado dio oído a algunos detenidos durante la investigación y basado en esos presuntos señalamientos, acusó al entonces Presidente Municipal Roberto Pérez Moreno como probable involucrado en los trágicos hechos, despojándolo en un hecho histórico para Coatepec, del cargo que Constitucionalmente había obtenido.

Fue a finales del mes de Julio de 2015 cuando un nuevo Presidente Municipal asumió el cargo por disposición de Ley: el doctor Ricardo Palacios Torres, suplente oficial en la fórmula que encabezó Roberto Pérez Moreno.

Los proyectos de trabajo eran esperados y calculados: el nuevo Presidente requería rodearse de personal de su confianza que respondiera a la expectativa que él representaba y esperaba de su administración; el caso de la tesorería era objetivo y no subjetivo. Ricardo Palacios tenía en mente una propuesta fresca, que diera celeridad, desenvoltura, pero al mismo tiempo formalidad y certeza legal, jurídica y operativa.

Por ello es que no extrañó a nadie que la mañana del 30 de Julio, un joven coatepecano, Ricardo Abraham González Jácome, estuviera ante ediles integrantes del H Cabildo, asumiendo el cargo de tesorero municipal.




Y sin embargo, jamás se podrá saber si existió en Ricardo Abraham González Jácome la capacidad de darle seguimiento con éxito al trabajo que habían realizado tanto Rafael Acosta como el propio Guillermo Pozos Rivera; y es que a escasas tres semanas de haber asumido, el joven decidió presentar por escrito su renuncia. Incluso, se ha establecido como leyenda urbana, que su firma jamás pudo aparecer en documentos bancarios, ya que el trámite de cambio y reconocimiento de firmas tardó un poco más de lo debido, y para cuando estuvo listo, ya Ricardo Abraham había renunciado.

El golpe a la administración del doctor Ricardo Palacios fue fuerte, pues no se esperaba que el joven desistiría de la confianza que había sido depositada en él apenas 20 días antes, no sólo por el presidente, sino por todos los integrantes del cabildo.

No obstante el mal estaba hecho y la silla de la tesorería, como si estuviera viva y manifestando una actitud de tétrico rechazo, se encargó de lanzar a un tesorero más.





Así pues, el mes de septiembre inició con una nueva prospectiva: Arturo Guerrero, un contador, auditor, experto en finanzas gubernamentales, con un currículum extraordinario, entra en turno al bat el día 2 del mes patrio.

Arturo Guerrero le toca en suerte, sortear el inicio de la debacle financiera del Gobierno de Veracruz; las participaciones llegan retrasadísimas, disminuidas inexplicablemente. Las finanzas de todas las dependencias del Gobierno Estatal están en ceros y la mayoría de los ayuntamientos caen en inoperancia económica.

"Es fácil ser tesorero cuando hay qué administrar. El problema serio es cuando se es tesorero de nada", dijo a los reporteros de la Voz de la Región un día Guillermo Pozos Rivera, sentado en la hoy imponente, implacable y al parecer celosa silla de la tesoreria municipal.

Y hoy se dice y preocupa, que la serie de presiones, problemas, conflictos, en una mezcla mortal con viejos padecimientos del contador Arturo Guerrero, le han puesto en jaque en materia de salud. Superficialmente se le ve al hombre subir y bajar cargando sendos montones de papeles, siempre con una sonrisa y saludando amablemente a todos.

Sin embargo, tras bambalinas se rumora que la salud del tesorero es precaria y que hay verdadera preocupación porque siguiera dirigiendo la tesorería, vetusta oficina que en su imagen, da la impresión como si se estuviera preparando para deshacerse de un tesorero más.

La preocupación es real. Tanto por la salud del apreciado Arturo Guerrero, como por el destino que una vez más podría estar en juego en la tesorería municipal.

No se puede caer en supersticiones, pero por otra parte tampoco se puede evitar preguntarse ¿qué maleficio pesa en la tesorería municipal de Coatepec?.....