Coatepec, Ver. // Martes 29 de Septiembre de 2015 // Juan Osorio Flores // Reportero // .- Se trata del evento multitudinario más representativo e ícono de la festividad a San Jerónimo en Coatepec que desde hace años, muchos, se realiza bajo una exacta programación que ni siquiera se puede imaginar un cambio o alteración.
Los arcos tienen que realizarse bajo una muy estricta regla: primero el corte de la flor, que debe realizarse bajo observaciones tradicionales inviolables; posteriormente la elaboración que va acompañada de una serie de acciones místicas y en donde, algunos por creencia, otros por mera popularidad, se ven obligados a colocar al menos alguna flor en el enorme marco que poco a poco adquiere forma y va mostrando imágenes, frases.
Luego, el recorrido previo, que se sigue por la "velada" de los arcos, que en realidad es el momento en donde contra reloj, los artesanos le dan forma a la iconografía que deberá mostrar ese año el arco elaborado; mientras, ahí mismo, grupos de gente se forma con atoles, cafés, pan, comida, bebida, baile, música, que convierten 'la velada' en una fiesta que se extiende a toda la noche.
Luego por fin, a las cinco de la tarde del 29 de septiembre, el momento cumbre, cuando decenas y decenas de personas, con coordinación cronométrica, levantan de un tirón el arco mayor para iniciar un recorrido que sobrepasa el kilómetro, en donde a paso forzado, lento y difícil, debido a que van precedidos por la imagen de San Jerónimo que es llevada en hombros y acompañados de bandas de música y grupos de danzantes que brincan y saltan al ritmo de diversas expresiones musicales.
Así, puede ser que hasta 40 minutos, los arcos 'bajen' descansando en los hombros de los cargadores, por la calle de Arteaga hasta llegar al centro de la ciudad de donde se reparten a las diversas parroquias.
Por último, las estrategias para colocarlo, que exige una concentración y una coordinación extraordinaria de fuerza, aplicación de la física básica y un número importante de personas.
El éxito de estas maniobras se ve coronado cuando suenan a vuelo las campanas, sinónimo de que los arcos han sido colocados a las puertas de las parroquias respectivas.
A partir de ahí, San Jerónimo puede darse por festejado.
