martes, 1 de septiembre de 2020

EL PUEBLO DE INDIOS DE SAN JERÓNIMO COATEPEC, A 460 AÑOS DE SU FUNDACIÓN



Jesús J. Bonilla Palmeros 

Cronista oficial de la ciudad 

Posterior a la caída de Tenochtitlan se iniciaron en forma una serie de exploraciones con el fin de reconocer el territorio, a la par de establecer el control de las diversas sociedades que le habitaban, así como el ubicar las fuentes de recursos naturales y materias primas factibles de ser aprovechadas, en cuanto al abastecimiento local, o para ser exportadas a la península ibérica. En otros casos se instauró la siembra de plantas originarias del viejo mundo, a fin de abastecer a la población novohispana de los productos que conformaban su dieta básica, así como la obtención de tintes naturales.

 En lo referente a las interrelaciones con las grandes Antillas y la Península Ibérica; tanto la Villa Rica, como la Antigua y el asentamiento de Veracruz, desempeñaron en su momento un papel importante para el desplazamiento de mercancías y personas, entre ambos continentes. Factores que debieron de influir determinantemente en la necesidad de reconocer perfectamente el territorio y las sociedades asentadas entre la costa y las grandes montañas. Lo que a su vez determinó el establecimiento de una serie de puntos en las rutas, a fin de facilitar el desplazamiento de grupos humanos y mercancías, entre otros recursos.

 Conforme avanzó el reconocimiento del territorio y las sociedades que habitaban la denominada Cuenca del Actopan, se inició el proceso de congregación de “Pueblos de Indios” en la región habitada por los totonacas, y a partir de casi concluir la reconstruccion del convento de San Francisco en Xalapa hacía el año de 1555, se procede a iniciar el proceso de evangelización  entre los grupos nahuas ubicados hacia el suroeste de Xalapa.

 Refiere el presbítero Antonio Mateo Rebolledo en sus apuntes, que en el año de 1560 se completó el proceso de evangelización en el asentamiento de Coatepec, el cual se integraba por dos principales núcleos: el del centro ceremonial actualmente conocido como “Coatepec Viejo” y el asentamiento de Quautlatepec, mismos que por su patrón de distribución poblacional semidisperso, ocupaban una extensión territorial que abarcaba desde las estribaciones del Cofre de Perote hasta la parte alta de la actual ciudad de Coatepec.

 El proceso de evangelización culminó en muchos de los casos con la reducción y congregación de “Pueblos de Indios”, proceso sustentado en un discurso de mayor atención a las sociedades locales. 

Algunas de estas congregaciones aparecen referidas en documentos muy tempranos, pero es necesario aclarar que varios de estos “Pueblos de Indios” fueron ratificados y/o rectificados muchos años después, a la par de los proceso de reducciones implementados en las alcaldías.

 Hacia el año de 1580 el alcalde de Xalapa, refiere en su relación algunas de las características distintivas del “Pueblo de Indios” de Coatepec:

Guatepec de Su Magestad.

“…este nombre quiere dezir “Cerro de culebra”, dixose porque los antiguos vieron allí una culebra; es tierra templada y muy sana; tiene algunas frutas de tierra caliente: asentado el pueblo en tierra llana a una yarda de poniente gran serranía montuosa: tiene dos ríos que lo cercan: son grandes y beben de una fuentecilla, el agua de la qual anda por todas las calles…”

A partir del registro realizado por el funcionario novohispano, podemos corroborar la existencia del primer asentamiento, así como la ubicación del mismo en terrenos de la parte alta de la actual ciudad. Dicho asentamiento fue ratificado por las propias autoridades en el año de 1600, cuando se llevó a cabo el proceso de ratificación, o rectificación  de los pueblos que conformaban la jurisdicción de la Alcaldía de Xalapa, hacia el año de 1599.

En el presente año se cumplen 460 años de la fundación del Pueblo de indios de San Jerónimo Coatepec,  conmemoración que nos lleva a reflexionar  sobre la trascendencia de la entidad tutelar del pueblo, en varias de las manifestaciones del culto popular que perviven hasta nuestros días. Manifestaciones en las que se enlazan las antiguas prácticas de tradición Mesoamericana con el culto católico,  y que en el caso de Coatepec, lo podemos corroborar con el único ejemplo en toda la región, de una manifestación del arte indocristiano como lo es el pórtico lateral derecho con los colmillos de la serpiente, en sí una reinterpretación de la cueva donde vivió  San Jerónimo cerca de Belén,  y que los indígenas nahuas de Coatepec reinterpretaron a partir de un icono prehispánico, como son las fauces del oficio para representar las cuevas. 

Fuentes Bibliográficas

Bonilla Palmeros, Jesús Javier, San Jerónimo y Tepeyollotl entre cerros, cuevas y templos, Coatepec, Ver., Imprenta Toscana, 2015.

Mateo Rebolledo, Antonio, “Apuntes Históricos y Geográficos de la Villa de Coatepec”, Imprenta de Antonio Matías Rebolledo, Coatepec, 1864